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Jose Antonio |
El día de ayer finalizo un nuevo año escolar, mis dos hijos Kathia y José Antonio que cursan Cuarto y Primero de secundaria respectivamente, pasaran al siguiente año, sin embargo todo el año 2011, su madre tuvo que batallar constantemente con ambos para que cumplan con sus deberes,ello no significa que no sean habiles y competentes en los estudios, se que lo son, ademas sumaria sus otras virtudes no precisamente conlos libros, José toca en la banda del colegio la tarola, los timbales, la batería, siendo uno de los mejores a pesar de ser el menor ,y eso no solo lo afirmo yo, mientras kahia destaca en el canto, no por algo gano el certamen de canto criollo que organizo la municipalidad de Marcona, y también recibio muy buenos comentarios cuando interpreto los salmos en el coro de la iglesia con ocacion de la fiesta de confirmacion junto a sus compañeras.
Quizas algun desorejado me dira, que el echo de destacar en el arte de la musica, no les servira de nada en el futuro, yo no pretendo que sean musicos profesionales, ni que algun dia me traigan la "Gaviota de plata" de Viña del Mar, eso no es lo que quiero trasmitir.
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Kathia |
He leido que expertos opinan que existe una intima relacion entre las matematicas y la musica, pues manifiestan que grandes musicos podrian haber sido grandes matematicos y visceversa, sucede que segun estudios cientificos se utiliza exactamente la misma region cerebral de lo abstracto para desarrollar ambas cosas, que quede claro que esto yo no lo afirmo ni lo doy por cierto, simplemente lo he leido.
En realidad yo tampoco tuve las mejores calificaciones en la escuela, claro que deseo que esto no se refleje en mis hijos, pero si así fuera, no seria traumante para mi y tampoco permitiría que lo fuera para ellos.
En mi paso por la secundaria compartí carpetas con compañeros de características muy extremas, en 1976 cuando inicie mi secundaria, por error me matricularon en la sección donde estaban los chicos mayores, yo inicie la secundaria a la edad de 11 años, y tenía como compañeros a chicos de 14 y 15 años "sección B" los de mi edad estaban matriculados en la sección "A". Se imaginan mientras mis compañeros y compañeras ya estaban filtreando entre ellos, yo aun jugaba con mis soldaditos, recuerdo a Robín, al compañero de Batman, también a un perrito con un hueco en la cabeza, y otros más que eran mis preferidos.
Muchos podrían creer que sería la "lorna" del salón por ser el más chico, pero muy por el contrario, fui el engreído, al que se le permitía todo, pues era el "chiquito del salón" fue un año donde solo cumplía para aprobar los cursos, sinceramente creí que desaprobaría el año, pero por esas cosas que tiene el destino salí invicto claro con un record de rojos en la libreta y muchos "onces" algo que vaticinaba lo que vendría después.
Es cierto, nunca tuve las mejores calificaciones en la secundaria, pero por ese motivo no dejaba de ser el mejor, podria parecer soberbio , pero en realidad el hecho de que mis compañeros tengan calificaciones por encima de las mías no los hacía mejores, con el tiempo me pude dar cuenta que ser el número uno en tu clase , no te garantiza de ninguna manera que algún día serás un gran profesional y por ello triunfaras en la vida.
Ahora que ya soy padre, puedo apreciar como existen personas, que de manera equivocada se la pasan jactándose, engañándose a ellos mismos vociferando que sus hijos son los mejores, exigiéndoles lo que sus hijos no pueden dar, por ese simple gusto de decir, mi hijo es el mejor de la clase, y lo mas patetico que hacen, es manosear tanto aquella frase, "mi hijo tiene un coeficiente intelectual por encima de todos sus compañeros"
Al ingresar a segundo de secundaria mi madre me cambio de sección, La directora, "que tanto me quería" le comunico que tenía que estudiar con chicos de mi edad, así lo hicieron, sentí esa desazón de separarme de mis compañeros y conocer a otros, también fue el año que por primera vez me fije en una chica, la que ocupaba toda mi atención las 24 horas del día, estaba ya en las puertas de la adolescencia, quizás fueron esos y otros los motivos por lo cual mi personalidad se hizo rebelde, desatendida, incontrolable, sobre todo con los profesores, quienes estuvieron a punto de expulsarme cuando cursaba el tercero de secundaria
Fue la época donde, por cuestiones propias de la edad, descuidaba mis asignaturas, pero a pesar de ello, tenía la completa seguridad de tener mucho mas cualidades que cualquier compañero que tenia calificaciones muy por encima de las mías.
Solo me preocupaba obtener una nota aprobatoria, cosa que no era complicada para mí, si sucedía lo contrario, tampoco terminaba contrariado o triste, no me interesaba escuchar a mis compañeros después de un examen, aquellas conversaciones o reacciones optimistas. Hay muchos que soltaban sus deslenguados comentarios, como decir lo “papayita” que les había parecido el examen de matemática, ni qué decir de química. Ahí estaban, ellos delante de de todos constatando sus respuestas, vaticinando las mejores notas, celebrando por adelantado, muchos de ellos estaban engañados por sus "papis" pues estos les hacian creer que eran los mejores y superiores a los que teníamos menos caificacion.
Hace poco observe por un canal de señal abierta un reportaje vergonzoso donde alumnos universitarios demostraron que no saben ni donde están parados, cuando se les formulaban preguntas básicas que cualquier alumno de primaria las respondería, se limitaban a guardar silencio o de lo contrario respondían lo que se les venía a la mente, imagínense que ni siquiera conocían a Mario Vargas Llosa, escritor que hace un año había sido galardonado con el premio nobel.
Entendí por eso que existen tantos "Profesionales" que son tan reacios a actualizarse, son tan negligentes en aprender Indagar, averiguar o examinar cuidadosamente algo sobre sus propias especialidades (en la actualidad interactuó con varios de ellos) quizás muchos pertenecen al grupo de los que como calificación obtenían un 20 en la secundaria. y claro! sus papitos eran los más felices, quizás hasta simultáneamente siguieron con ellos aquella ruta tan "sacrificada" para terminar su carrera universitaria, y por consecuencia sumarse a ese gran grupo de profesionales mediocres.
Quiero aclarar que como en todo, existen honrosas excepciones, yo tengo la suerte de conocer a buenos y excelentes profesionales, un buen grupo, muchos de ellos amigos míos, y de los cuales uno puede aprender, algunos aun son mis compañeros de labores, otros han emigrado a diferentes empresas y lógicamente les va de lo mejor, periódicamente mantenemos contacto.
Volviendo a la etapa Escolar particularmente como padre lo que deseo, es que mi hijos recepcionen y aprendan todo lo bueno que le pueden trasmitir sus maestros, sobre todo respetarlos, quizás nosotros cometimos errores en el pasado y esa debe ser la experiencia que debemos aprovechar para trasmitir lo mejor a nuestros hijos, y lo demás estoy seguro llegara como consecuencia, es decir obtendrán una nota aprobatoria aceptable, y eso no lo considero un conformismo, hay un sin fin de factores, muy aparte de las calificaciones de las asignaturas, que aunque parezcan intrascendentes pueden ser más importantes en esa etapa por la que todos algún día trascurrimos.
He podido observar a muchos chicos que salen bien aprobados, es más, ocupan los primeros lugares con muy buenas notas pero no son felices, o se las ingenian para irradiar la felicidad que no la tienen, por que como menciono quizás estén presionados por sus padres a ser los mejores , creo que hay otras forma de inculcarles el estudio, sobre todo valores y responsabilidad, alguna vez no han leído noticias de suicidios de adolescentes, donde luego salen sus profesores sorprendidos a declarar "era mi mejor alumno", "tenia las calificaciones más altas" en realidad estos chicos que crianza deben haber llevado en sus hogares.
yo particularmente treinta años más tarde, me alegro profundamente que en mi caso hayan sucedido una serie eventos así de esa atropellada manera. Mi experiencia, con toda sus amarguras y alegrías, tuvo en mí un efecto positivo: me quitó el miedo de fallar, de perder, de decepcionar. Sin proponérmelo, obligué a mi familia a que no tengan falsas expectativas conmigo, y me obligué a mí mismo a buscar mis propios métodos, mi propia ruta, mi propio estilo hoy me siento tranquilo y satisfecho con lo que he podido lograr. Me pregunto. Que será el día de hoy de algunos de aquellos geniecillos que tenían tan altas y buenas calificaciones en la escuela? quizas ustedes vean en su entorno y obtengan las respuestas.
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