Los primeros fines de semana en Marcona eran demasiado monótonos, lo tradicional era salir junto a mis compañeros el sábado en la noche y despertar tarde el día Domingo, buscando un buen cebiche, que aunque parezca increíble no podíamos conseguirlo, los lugares donde los preparaban no era de nuestro agrado, quien lo creería, teniendo a la mano pescado fresco pues radicábamos en un puerto.
Todos sabemos que el plato más tradicional de la variada y deliciosa gastronomía peruana es el cebiche, quien no experimenta el placer de disfrutarlo, existen muchas maneras de prepararlo con pulpo, con conchas negras, con calamares, con pescado, en realidad un sin fin de estilos, particularmente siempre me gusto el simple ceviche de pescado, solo de pescado.
Uno de esos rutinarios días Domingos desperté muy temprano, y se me vino a la mente la gran idea de preparar un ceviche de pescado, parece muy simple hacerlo y la verdad que no lo es hay que saberlo preparar, bueno eso yo lo entendí hasta ese día, lo veía tan sencillo, me dije, si solo es limón, rocoto, cebolla y pescado "que fácil" fue así como lo pensé y puse manos a la obra.
Compre una corvina grande, sin regatear precio, era lo que menos me importaba, lo compre ya fileteado lógicamente, para que se me facilitara su elaboración, y también todos los demás ingredientes, al iniciar la preparación mientras exprimía los limones me dije : una vez que termine llamare algunos amigos y acompañado de algunas cervezas lo compartiré.
Ya estaba el pesado fresco en la fuente el limón en un vaso listo para agregarlo junto a los ingredientes. la cebolla picada el choclo el camote sancochado , solo faltaba picar el rocoto, es allí donde comenzó esta jocosa anécdota, empecé a sacar las papas del rocoto con la mano, claro que no soy un experto picando rocoto por eso me pareció lo más acertado, así fue, uno por uno, ya se imaginas como estarían mis manos, llenas del picante ingrediente.
Al finalizar reconocía que tampoco había preparado el mejor ceviche del mundo, pero al menos obtendría una nota aprobatoria, ahora si dije: a buscar a mis amigos, pero antes fue al urinario a hacer lo que hacen todos, no advertí que en mi mano aun habían pepitas del rocoto... bueno ya se imaginan lo que vendría después, enrumbe en busca de mis amigos que se encontraban a una distancia de algunas cinco cuadras, no llegue a avanzar ni siquiera 5 metros cuando me vino el ardor insoportable ya saben ustedes donde, que me hizo, dar vueltas incontenibles, en ese momento juro que le ganaba al mejor bailarín del planeta, fue un momento desesperante , termine en la ducha sentado bajo un chorro de agua fría intentado librarme de esa incomoda situación.
Cuando lo recuerdo solo sonrió en silencio, es mas cuando lo comento con algunos amigos no dejan de reírse al imaginarse tan gracioso cuadro, después de todo el día no fue tan malo, pues les aseguro que el ceviche obtuvo la nota aprobatoria que esperaba, claro que me costó más de lo que pensé.
"Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión"
Habib Bourguiba
No hay comentarios:
Publicar un comentario