Querida hija hoy es tu cumpleaños número 17 estamos a escasos dos meses para que definitivamente dejes las aulas escolares,y luego inicies una nueva etapa en tu vida, te confieso un secreto que quizás se acerca más a un discreto deseo, esta carta no la he redactado, como consecuencia de una obligación, o por que se haya presentado un motivo especial, en realidad, ya estaba transcrita en mi mente, pues a pesar de las asiduas y constantes tertulias que hemos llevado, creo que no fueron las suficientes para poder transmitirte lo que espero de ti, pero bueno, esa oportunidad al fin y al cabo se ha presentado el día de hoy.
No sé si conceptuarlo como humorístico, pero siempre cumplimos nuestro libreto diario muy temprano por las mañanas, cuando como un despertador programado, tienes que soportar mis gritos matutinos... Kathia levántate para ir al colegio!, Sal ya de la Ducha! o cuestionamientos como, no Tienes tareas? Vas a salir hoy? Claro que tu también tienes lo tuyo, cuando te diriges a mí con una sonrisa picaresca, para decirme luego, papa puedo ir a una fiesta? o papa voy a salir con mis compañeras... también el clásico, Papa hoy tengo un cumple, o cuando me sacas del contexto al decirme, Papa quiero un bebe, para luego apartarme del aturdimiento y explicarme que eso significa tener un BlackBerry, en fin.
Fue imborrable aquel primer encuentro que tuvimos la vez que llegaste a este mundo , también inevitable que se diera de una manera vertiginosa, pues iba a tu encuentro con una impaciencia monumental, representando imaginariamente, como seria tu semblante, tus facciones, tendrías los ojos dormidos como yo? o tendrías ojos grandes y cejas pronunciadas como los de tu madre. así me encontraba, sumido profundamente en ese letargo, era un 6 de noviembre de hace ya 17 años, quien iba a imaginarlo, al verte recién pude salir de aquella Somnolencia profunda y prolongada, y al tomarte entre mis brazos la primera vez, pude percibir aquella sensación inherente, que por su propia naturaleza nos unía de tal manera que era imposible que exista alguna fuerza terrenal, que pudiera quebrar nuestro vinculo.
Aquellos tus primeros días, nuestra nueva familia geográficamente se encontraba distante, el trabajo en provincia me obligaba partir y separarnos cada fin de semana, pero ese lapso no se dilato mas, pues junto a tu madre de quien reniegas cuando te da una reprimenda, pero de la que a veces no adviertes que es tu cómplice y aliada, tomamos la mejor decisión del mundo, estar reunidos todos. es cierto que renunciamos a ciertas situaciones, que al final nunca iban a ser más importantes que nosotros mismos, de esa manera comenzamos a escribir nuestra historia que se complementaria mas adelante con la feliz llegada de un nuevo ser, nada menos que tu hermanito José Antonio quien a pesar de estar ahora más alto que tu ,sigue siendo el pequeño de la casa, así trascurren hoy nuestros días, unidos y felices, en esta localidad, que lleva por nombre San Juan de Marcona, la misma que sigue siendo mudo testigo de nuestras memorias.
El trascurrir de los años te ha convertido ya en una señorita, ya no eres la nenita indefensa, de la que había que estar pendiente las 24 horas del día, precisamente me vienen hoy a la mente aquellos momentos cuando con tu mama trasnochábamos con la propia inexperiencia de dos padres jóvenes, invadidos por la desesperación y la impotencia de no poder calmar tus llantos de bebe, a consecuencia de algún malestar que presentabas, pero con el que batallábamos y salíamos airosos con la mejor de nuestras armas, el amor que sentíamos por ti.
Así pasaron los años hijita, disfrutando de todos tus cumpleaños, tu primer día en las escuela, tantas reuniones de navidad alejados de nuestras familias, También aquellas vivencias que no precisamente fueron buenas, pero sé que estarás de acuerdo al decirte, bah! quien quiere evocar malas experiencias, es muy cierta la frase "el tiempo vuela", pues en realidad el tiempo voló, ya no me llamas "Tete" con tus ojos saltones Al querer atraer mi atención, mucho menos dices "Ay mamita me tayo" cuando sientes temor y crees que vas a caer, hoy eres ya una señorita a punto de terminar la secundaria.
Querida hija aun hay muchas etapas por las que debes andar y por ende cosas que debes aprender, claro que deseo y luchare para que ese camino sea liviano, y lo afrontes con paso firme y seguro.
Quiero apreciar en tu mundo un centenar de sueños, en los que al despertar cada uno, se llegue a realizar.
Hija llena tu existencia de dones divinos, deja que nuestro Dios te llene de virtudes, aprende que las bondades de la vida, serán las consecuencias de tu comportamiento, con los demás seres que giran en tu entorno.
No menosprecies ni trates con desdén nunca a nadie, aprende a escuchar y comprender a los demás, aun cuando no tengan actitudes correctas contigo, guarda en silencio el secreto de quien te lo otorga, y qué te sirva aquello como una lección de vida.
No permitas que nada desoriente tu cauce correcto, guíate de forma transparente y limpia, si por error cayeras en alguna falta, sé humilde, benevolente y justa contigo misma, para que puedas levantarte y proseguir nuevamente el camino de tu destino.
Aprende compartir sin mesura, pero no arriesgues lo que no tienes, no permitas nunca, que la mentira invada tus ideas. Vive la libertad, demuestra que eres capaz de alcanzar todo lo que te propongas, más no hagas mal uso de ella, porque podrías deslumbrarte con un mundo, oscuro y sórdido.
Y lo más importante No olvides, que todo aquello que deseas, va a requerir de mucha paciencia, concentración y esfuerzo, no busques nunca el camino más fácil, eso no es bueno, busca el camino correcto y asúmelo con todas sus dificultades. Enorgullécete de tus logros, pero no permitas que la soberbia, te haga olvidar que más importante es una sonrisa.
Ten por seguro que hasta donde me den las fuerzas, estaré siempre a tu lado para que cuando el día que tenga que partir, pueda verte desde algún lugar, esbozando una sonrisa, y sentir la satisfacción plena de haber cumplido la meta y el objetivo primordial que es haber hecho de ti a una persona de bien, y dejar vestigios en ese sendero, que quizás sirva de ejemplo para quienes quieran también emularla.
Feliz cumpleaños hijita, te quiero mucho
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