miércoles, 5 de octubre de 2011

Un temerario taxista

A mediados de año, un día  Domingo del año 1982, cuando aun no era mayor de edad, decidimos junto a mi hermano y dos amigos más asistirr al cine, algo que con anterioridad ya habíamos planeado no recuerdo exactamente cuál fue la película, pero sí recuerdo la sala, el cine San Martin, ubicada en el centro de Lima, que en la actualidad lleva por nombre cine Plaza.

Queríamos relajarnos habíamos jugado un intenso partido de futbol en la liga interna de la Tablada de Lurín, un encuentro accidentado donde se produjo una gresca, y en el que para variar más de uno habíamos salido expulsados, por eso decidimos salir para despejarnos un poco, en esos tiempos no existían las funciones continuass de las ahora conocidas salas de cine, eran los tiempos de las clásicas funciones de Matiné Vermouth y Noche, nuestro plan era asistir a la función de vermouth pues era un horario relativamente temprano y más asequible, pero al quedarnos por ahí visitando algunas tiendas buscando algo de música, no pudimos percatamos que el tiempo había trascurrió de manera tan rápida, es por eso que nos vimos obligados a esperar la ultima función, que comenzaba alrededor de las 11 de la noche.

Todo se desarrollo de manera normal dentro de la sala, a algunos en plena función nos gano el sueño por el trajín que habíamos tenido, al terminar la película y salir de la sala algo soñolientos, advertimos que ya era demasiado tarde, pasada ya la medianoche, es decir ya era lunes y ese mismo día todos teníamos que retornar a nuestra rutina semanal, que eran los estudios por esos tiempos.

Como estábamos algo apresurados por retornar a nuestras casas, juntamos nuestras ultimas monedas para, tomar un taxi, pero surgió el problema, nadie nos quería llevar por la cantidad de monedas que sacrificada mente habíamos reunido, después de esperar un tiempo prudencial, tuvimos la "suerte" de que alguien nos quiera llevar, detuvimos un taxi, que lo conducía un señor de mediana edad, nos ofreció una tarifa muy baja, tan baja que quedamos sorprendidos, ni tontos ni perezosos aceptamos y abordamos el auto inmediatamente.

Mi hermano subió adelante como copiloto mientras que mis compañeros y yo lo hicimos en el asiento posterior, el carro arranco a una velocidad, que nos pareció algo exagerada, al ingresar de esa forma por la vía expresa, no dimos con una gran sorpresa, el chofer tenía solo una pierna!.

A si es, no tenía la pierna derecha, con la izquierda pisaba el pedal de los cambios y con su muleta el acelerador y el freno, constantemente miraba la parte inferior ayudado con la iluminación de un pequeño foco que había improvisado, nos quedamos sorprendidos pues iba como les reitero a mucha velocidad.

Creo que nuestra sorpresa y porque no decirlo temor, le causo gracia a nuestro amigo taxista, pues se le ocurrió decir a mi hermano que tomara el volante por un momento, luego se ´puso un cigarro en la boca, lo encendió, con la mano izquierda, queriendo impresionarnos y demostrar destreza , mientras que con la mano derecha presionaba con su muleta el acelerador, desde luego que a nosotros no nos causo ninguna gracia, pues lo que lo que hacia el tipo era demasiado peligroso.

De esta manera temeraria se desarrollo el trayecto, que nos pareció interminable, cuando llegamos a nuestro destino, al descender del auto por fin pudimos respirar aliviados, al despedirnos de los amigos nuestros comentarios no eran precisamente el argumento de la película que habíamos presenciado, creo ese fue el motivo por el cual como menciono al inicio, yo ni siquiera la recuerdo.


 Para, Carlos, Cesar y mi hermano Lucho 
 

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