sábado, 27 de septiembre de 2014

Dos anécdotas con mi Madre

Recuerdo  dos episodios especiales de niño junto a mi madre donde ella mostro una atención particular  por mí, no digo que nunca lo haya tenido solo lo menciono, pues siempre sentí que ella tenía algunas  evidentes preferencias con mis hermanos nunca me he sentido contrariado por ello  es  simplemente mi punto de vista, pero creo que es muy cierto aquello de lo del  hijo sándwich, tema que escribí en un artículo anterior.

corría el año 1973 cursaba segundo año de primaria (hoy tercer grado) asistí a mi aula sin cumplir un trabajo pegar cartulina en forma de globos y forrarlos con papel lustre, era el único del salón que no había cumplido con la tarea, sencillamente no pedí que me compraron el material, la profesora me saco del aula diciéndome que no ingresaría si no traía el trabajo regrese a casa que no era nada cerca quizás 15 cuadras, le comente la situación a mi madre y en cuestión de minutos compro los materiales y realizo la tarea que me permitió regresar a mi escuela, lo recuerdo clarísimo sentí una satisfacción enorme, todo lo hizo  rápido que le dije a la profesora que el trabajo solo lo había olvidado.

1979 cursaba tercero de secundaria, deseaba tener aquella casaca azul con franjas blancas, así eran los modelo en aquel entonces de las selecciones que habían asistido al mundial de argentina 78, me prometió comprármela, pero mientras buscábamos en las bazares de ropas en el distrito de surquillo, el precio excedía en 40 soles al presupuesto mi mama, ya casi desilusionados de no poder  adquirirla, milagrosamente mi progenitora se encontró 50 soles en la acera, no imagine que lo invertiría en la casaca, no sabría decirlo porque, pero su reacción inmediata fue decir "ahora si nos alcanza para la casaca" y me la compro.

Es cierto que mi  mama estuvo junto a mí en situaciones más difíciles, cuando me operaron del apéndice, cuando caí en un rompeolas, muchas situaciones sumamente  complicadísimas en realidad, pero estas dos anécdotas las tengo registrada en mi mente como si hubiese sido lo máximo que hizo mi mama por mí.

Sera que de niño uno valora más el cariño? por que cuando nos hacemos adultos ellas siguen siempre pendientes de nosotros, lo que sucede es que no lo advertimos, no escribo esto porque sea el día de la madre ni por que tenga un sentimiento de culpa, lo que sucede es que ahora ya no la frecuento, pues trabajo en provincia y son contadas las veces al año que la puedo visitar.

En mi próximo encuentro con ella, me comprare una casaca azul con franjas blancas y llevare cartulina, papel lustre, tijeras y goma, para confeccionar globitos de colores, algo simbólico de mis recuerdos de niño con ella.





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