sábado, 3 de agosto de 2013

Mi capitán X

Ahora que ha Finalizado el mes de Julio no pudimos apreciar los tradicionales desfiles escolares de fiestas patrias ya que el Ministerio de salud suspendió esta actividad por el mal que esta aquejando a nuestro país, la terrible Gripe AH1N1, que ha cobrado ya 31 muertos y más de 500 enfermos.

Como mencionaba este fue el motivo de la suspensión de los desfiles escolares el presente año, a consecuencia de ello me vino  a la memoria uno de mis tantos desfiles escolares cuando cursaba el cuarto de secundaria, mi centro educativo era uno de los que ocupaba los primeros lugares en mi distrito, en presentación, sobre todo por nuestro particular estilo al desfilar  que sin temor a exagerar nos hacia ser los mejores, lógicamente para  llegar a ello no solo bastaba tener disciplina si no un estado físico optimo que nos permita lograr lo que siempre deseaban nuestros profesores de la secundaria, y sentirse orgullosos de sus alumnos, pero como se dio esto?

Esto fue el resultado diría yo de una simple casualidad, en una ocasión mientras celebrábamos una ceremonia cívico patriótica, asistió invitado por la directora el capitán del puesto policial de nuestra localidad. después de aquel encuentro protocolar, que incluían estrechadas de mano y sonrisas entre nuestros maestros y los integrantes de la policía nacional, a nuestra directora se le ocurrió la "brillante idea" de manifestarle al capitán si existía la posibilidad de preparar a sus alumnos  para el desfile escolar de fiestas patrias, el mencionado personaje (que para suerte mía y de otros compañeros ya lo conocíamos),  bordeaba los 30 años era contradictorio pues a pesar de dar la impresión de estar algo subido de peso, mostraba un cuerpo atlético, quizás por su estatura algo más del 1.80 m.  De tez clara  cejas negras muy pronunciadas que le daban un aspecto de estar siempre  enojado, inmediatamente acepto la idea dibujando en su rostro una malévola sonrisa, se dirigió a nosotros y nos dijo con un cariño a afecto lógicamente fingido: muchachos los espero mañana en ropa de deporte a partir de las 3.00 pm vamos a realizar una rutina de ejercicios como preparación previa. Luego de mencionar solo esas cortas palabras se despidió con una sonrisa estrechando nuevamente la mano de nuestra directora.

Vela, ahora! me dijo mi compañero Carlos...recuerdas cuando estuvimos gorreando la 25 (línea de microbuses) y un tombo nos persiguió y no logro alcanzarnos por que logramos escapar y entrar al colegio? él es el mismo!
...pucha! no necesitas recordármelo! replique, en realidad no teníamos idea que no éramos los únicos que habíamos tenido si se puede llamar un percance con él.

El día  de la convocatoria  debíamos estar presentes. pues  estaba en juego nuestra calificación de educación cívico militar, estábamos todos allí formados en el patio del colegio con algo de incertidumbre, cuando por fin el capitán hizo su aparición, vestía un polo militar de color verde, zapatillas algo gastadas y un pantalón de buzo beige, a su lado un alférez vestido casi de la misma forma, y de  quien no necesitábamos cuestionarnos si tendría o no la misma intención de su compañero, o sea destrozarnos físicamente.

Buenas tardes! nos dijo con voz enérgica... después de una replica que solo parecía un murmullo por parte nuestra, repitió: he dicho buenas tardes carajo! ven aquel cerro del frente allí van a desfilar niñitas, pero antes los 5 últimos en sentarse harán cien ranas! Cuando todos nos agazapamos raudamente para sentarnos en el suelo, el solo escogió a cinco al azar, los puso al frente les hizo hacer ranas y  planchas mientras gritaba improperios simultáneamente les echaba tierra en la cabeza, el alférez por su parte nos hacía saltar y correr alrededor del patio sin ninguna pausa eso se repitió varias veces hasta que el circulo se cerrara y las ranas y planchas lo hiciéramos todos luego salimos corriendo, entonando coros y frases irreproducibles que él nos iba indicando, lo sorprendente era su estado físico pues el corría junto con nosotros nos hizo rampar y correr en dirección a la cima de un cerro sin tomar descanso mientras muchos compañero como yo caían de cansancio, el se encargaba de levantarnos pero a puntapiés, esa rutina se repitió durante casi dos horas. Fue una odisea al final escuchamos de él lo que tanto deseábamos...Es todo por hoy gallinas! mañana nos vemos a la misma hora! así nos retiramos a nuestras casas sin hacer siquiera un solo comentario, el cansancio era tal que era imposible hacerlo.

Aquel siguiente día al llegar a la escuela, era evidente y clara nuestra fatiga, pues todos se dormían en plena clase, situación de la que se percato de manera inmediata nuestra directora, al vernos totalmente extenuados,  tuvo nuevamente "la maravillosa idea" de presentarse y decirle al capitán delante de todos nosotros...trátemelos con más cariño que están algo cansaditos, no se preocupe señora directora así lo hare respondió.

Al momento de estar frente a él, solos nuevamente, nos dijo, Así que están cansaditos no? ahora si se jodieron! ya se imaginaran como nos trato ese segundo día, recuerdo que presentaba los codos heridos mientras nos hacia rampar encima de las piedras, y créanme que no estoy exagerando, al final nos hizo quitar a todos nuestros polos, revolverlos en la tierra  y luego decirnos, los últimos 5 que se cambian 100 ranas! ya se imaginan todos se iban con diferente polo a su casa era un caos total!

Al tercer día muchos dejaron de ir, lógicamente en esa época a los que no asistían los tratábamos de verdad como niñitas, y mucho peor si se quejaban con sus padres, pero curiosamente ese tercer día y los dos consecutivos se dedico exclusivamente a hacernos desfilar, caminar derechos, saludar sacando pecho, a practicar... a la izquierda !  A la derecha! con algunos castigos si alguien se equivocaba, pero nada comparado con los castigos de los primeros días, habíamos aprendido bastante, como mencione al inicio desfilábamos casi a la perfección, además lo hacíamos porque  éramos incapaces de desobedecerlo, logro que lo respetáramos o quizás hasta nos infundio cierto temor.

El ultimo día después de hacernos marchar siempre con una exigencia extrema  por el espacio de casi una hora, se dirigió a nosotros, extrañamente sin mencionar ninguna palabra de su amplio repertorio de frases "especiales"  es mas su rostro ya no reflejaba aquella seriedad tan marcada, y nos dijo lo que en nuestra época de a adolescentes siempre nos parece aburrido y trillado...Estudien muchachos den su mayor esfuerzo, respeten a sus padres, valoren todo lo que ellos hacen por ustedes, practiquen los buenos valores para que en un futuro sean personas de bien, luego de unos minutos de discurso, se acerco a nosotros y nos saludo sonriendo a todos uno por uno, incluso compartió con nosotros algunas gaseosas que el mismo había ordenado, lo más sorprendente era  que permitía que le jugáramos algunas bromas, aquella sonrisa ya no la veíamos malévola, más bien buena y sincera.

Aquel año de lejos ocupamos el primer lugar en el desfile escolar en nuestro distrito, cosa que no era fácil pues en ese entonces existía gran cantidad de centros educativos, el estuvo presente y ninguno de nosotros quiso defraudarlo, Se imaginan? que colegio podría desfilar mejor que nosotros con la preparación y el instructor que tuvimos.

Al final de todo creo que si al inicio no hubiera aplicado su particular sistema, no lo hubiéramos respetado ni tomado atención a todos los consejos que finalmente nos dio, aun tengo en mi mente a aquella persona, no recuerdo su nombre, por eso lo denomine mi capitán X, de lo que  estoy convencido que a pesar de todo lo que nos hizo padecer, nos dejo una gran enseñanza.

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