A mi amigo de siempre

Arturo

Recuerdo que la primera vez que intercambiamos un saludo fue cuando llegue a trabajar en la empresa en la cual aun laboro, fue un verano de 1983, yo contaba con sólo 18 años, por cosas del azar, nos toco compartir aquellas maquinas duales regtistradoras de datos IBM 5280, quizás ese fue el motivo para que entabláramos conversación de manera inmediata, rápidamente nos hicimos amigos, curiosamente fuiste tú el primero que me llamo "Pepe" siempre tengo presente, las ocasiones cuando un trabajador mayor o más antiguo, quería sacar ventaja de mi inexperiencia, eras tú quien lo enfrentaba, y me defendías como un hermano mayor, como el hermano que finalmente fuiste para mi, te recuerdo pero no con tristeza, sabes por qué? por que se que tu no lo hubieras querido así, y desde donde estés quiero que te sientas orgulloso de mi, modestamente con el paso del tiempo he aprendido tantas cosas y aunque ya no estés, sigues siendo uno de los que me guió para mostrar todo lo que pude haber asimilado en el camino de la vida.

Los primeros años trabajábamos en el segundo turno salíamos de la oficina a las 12 de la noche, y compartíamos largas charlas habito que habíamos adquirido casi sin pensarlo.

Bajo esa peculiar oscuridad que caracteriza la noche, caminábamos casi 10 cuadras soportando la lluvia y la neblina que caracterizaba Lima, así fue nuestra rutina por un tiempo, cuando ya laboramos juntos en un horario matutino, recuerdo aquellas escapadas furtivas de la oficina cerca de las 9.00 de la mañana para saborear detenidamente aquellos enormes sanguches de pavo en la recordada jugería de la Av. Aramburu en san Isidro.

No olvido cuando de manera casual nos encontramos en esa larga cola para pagar unos de los ciclos de tu Universidad, me dijiste "Pepe guárdame el sitio solo un momento" regreso inmediatamente...sí, claro! regresaste, pero como 1 hora más tarde...me la hiciste, no?

y cuando decidiste hacer negocio con la venta de quesos que los traías tu personalmente desde Cajamarca?...yo te ayudaba con los pedidos, las ventas eran espectaculares...dime si no éramos un buen equipo.

Recuerdo cuando adquiriste ese mini gimnasio que instalaste en tu casa, me hiciste cargar una de esas pesas no pude controlarla, me dejaste allí echado como 10 minutos, mientras te morías de risa al ver que mi fuerza física, ya no daba para más.

Como olvidar aquellos partidos de fulbito, sobre todo ese recordado campeonato disputado en el ministerio de pesquería hoy Museo de la Nación, logramos ganarlo, con aquel singular nombre "los magníficos" después de cada encuentro siempre existía un motivo para ir a brindar con los amigos por algún bar del lugar

y aquel día que jugando un encuentro de fulbito, se genero una riña tremenda, que hizo que nos agarráramos a golpes con el equipo rival, recuerdas? la verdad yo me creía superman, golpeaba a todos, estaba súper respaldado, pues tu siempre estabas en forma, claro! si parabas metido en tu gimnasio todos los días, esta demás decir que de esa gresca salimos airosos.

Cuando renunciaste al trabajo y yo partí a provincia, nos dejamos de ver un tiempo, pero las esporádicas veces que viajaba a Lima me daba el tiempo de visitarte, ni bien llegaba cerrabas tu negocio en Domingo Orue, y nuestro obligado destino era el bar "Men house" donde acostumbrábamos a disfrutar nuestras clásicas y refrescantes cervezas.

El día que viajaste al exterior, me propusiste ir contigo, recuerdo tus palabras, "Pepe vienes conmigo, yo te envió tu bolsa de viaje"..Hubiera querido ir contigo amigo, pero simplemente las circunstancias no lo permitieron.

Cuando ya radicabas en el extranjero un día recibí tu llamada telefónica, yo en ese momento no estaba tan sobrio que digamos, y mientras tu hablabas y hablabas, durante casi una hora, yo había caído en un sueño profundo, con el teléfono a mi lado...después de saberlo, nos moríamos de risa

Siempre recuerdo aquella imagen cuando me visitaste aquí en Marcona y cargabas a mi hijita? ella solo tenía solo un año, tú la bautizaste como la "apachurrita" si la vieras hoy, ya es toda una señorita, y por supuesto que le he hablado mucho de ti.

Aquella mañana que recibí la triste llamada de tu tan temprana partida, no lo quise creer, es mas muchas veces pienso que aun estas en el extranjero, y me pregunto, porque eres tan ingrato y no me llamas.

Tengo que contarte tantas cosas que han pasado, por ahora solo escribo lo que en este momento se me viene a la mente, tú me conoces bien y sabes cómo soy, hoy te traje a mi memoria pues es el día de tu onomástico 24 de Agosto.

Tuvimos tantas cosas en común...compartimos múltiples experiencias.. Aun tengo tus correos electrónicos, donde entre otras cosas me cuentas que encontraste una boa en tu jardín, y te diste un gran susto...sabes? No debiste partir tan temprano cuando te recuerdo y simultáneamente observo una foto tuya en la pantalla de mi ordenador, alguien siempre se acerca y me pregunta... quién es? yo respondo y digo que es alguien que ya no está físicamente conmigo, pero que lo llevo en mi corazón, y con mucho orgullo replico: es nada menos que mi gran amigo y hermano "Arturo Puente"

LOS AMIGOS QUE PARTIERON SON ÁNGELES QUE NOS AYUDAN A PONERNOS DE PIE CUANDO NUESTRAS ALAS OLVIDAN COMO VOLAR

Los niños sinónimo de alegría

Araceli

los niños son sin lugar a duda la alegría en cualquier reunión familiar, lo repito en cualquier reunión familiar, eso lo tengo muy claro y lo pude percibir recientemente cuando estuve por Lima en estas últimas vacaciones, junto a mi madre y mis hermanos quienes por motivos que no cabe mencionar no viven con las madres de sus hijos, yo fui a visitarlos acompañado de mi hijo de 13 años, quien aburrido al no encontrar a algunos de sus primos, termino sumergido en un profundo sueño en el sofá de la sala.

En dicha reunion en familia, mientras  sentíamos alrededor ese vacío y aturdimiento tan marcado, conversavamos temas de adultos, sin tener opción de interactuar con un niño poder verlo correr, reír, o quizás haciendo alguna que otra travesura que es cierto por momentos nos saca de nuestras casillas, me encontraba allii junto a mis hermanos y mi madre, frente al televisor observando para variar una película dramática (El Pianista) que de alguna forma acentuaba aun mas ese oscuro ambiente, pues el clima también era cómplice, el sol estaba ausente y afuera caía una incesante garua.

La verdad que basta con solo un niño o niña, para que todo esto se transforme, recordé a mi sobrina Araceli la presencia de ella bastaría para que todos cambiemos de semblante, pues como nos tiene acostumbrados estaría corriendo por toda la sala jugando con Tito la mascota de la casa, y claro también haciéndonos renegar con sus ocurrencias y travesuras, pero eso es parte de la alegría que transmiten los niños.

La risa de los niños es tan agradable de sentirla, porque es la expresión de la vida. Ellos constantemente están preguntando cosas, que contribuyen a su desarrollo afectivo sus actitudes nos llenan de energía y su risa es una explosión de vida, para nosotros los adultos, y la risa es un medio de comunicarnos. Cuando nos reímos y estamos de buen ánimo, desbordamos toda esa energía acumulada y sentimos la necesidad de compartir lo que tenemos con los amigos, con la familia, el exceso de vida según dicen está en nosotros mismos, solo hay que saber manifestarla.

Aquella tarde Domingo de Agosto, luego de la mencionada reunión familiar, difícil de interpretarla, me despedí de mi madre y mis hermanos, salí caminado con mi hijo bajo una intensa lluvia , colocándole la capucha para cubrirlo del frio, lo abrace y mientras mezclaba diferentes imagenes en mi mente, solo atine a decirle... hijo cuéntame alguna de tus anécdotas graciosas de esas que nunca te faltan...